16 jul 2007

Cuenta regresiva

42 días, 6 semanas o mes y medio: sin importar el instrumento, la unidad o la dirección con la que midas el tiempo, ésta temporada sin Natalia está a punto de explotar.

Aunque no cumplí plenamente el plan que narraba en “Ni viudo ni soltero”, me doy por servido. A pesar de no haber podido quemar el sobre-peso que me traje de Perú a inicios de año, disfruté de la piscina, el gimnasio y la bicicleta. Si bien no pude volver a la novela, este blog no sólo sigue con vida sino que hoy me doy con la sorpresa que sus historias han sido leídas en los 5 continentes – incluso en la web de El Comercio.

A un día de encontrarla en el aeropuerto, estoy ansioso por ver las imágenes con las que me contará de Ayacucho y Tumbes e incluso por consolar la morriña que abruma a todo aquel que nuevamente deja casa y regresa a donde lo llevó la migración. Para entretenerla, le confiaré aquellos detalles que hasta ahora no conté de Tharaka y Paris. Para engreírla, incluso le cocinaré mi nueva (y única) receta.

Dios mediante, en 24 horas me re-encontraré con Natalia pero como soy un caballero: no esperen los detalles en la siguiente historia.

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