
A punto de empezar mi tercera década, una amiga me dijo con algo de despecho “después de los 30, los hombres son como los inodoros: sino están ocupados, están llenos de M”.
Esta historia pretende explorar qué pasa por la cabeza de aquellas inmigrantes que pasaron los 30 y que como mi amiga, siguen buscando novio. Para ello, he seleccionado 3 estudios de caso:
Indecisa
6 meses atrás, Indecisa empezó una relación a distancia y hace dos semanas me confesó que no sabe si debe seguir con su novio: "...sencillamente me fascina. Nunca he estado tan enamorada y nos reímos mucho. Pero él vive en Berlín, es 4 años menor que yo y toda su familia vive en Afganistán. Para colmo, sus padres piensan que todos los Americanos somos como Bush y los míos detestan la idea de tener nietos que no sean Evangélicos". Así que no sabe qué hacer, en especial porque el nada sexy de su "ex" está tratando de convencerla que regrese a USA y se case con él. El problema de Indecisa es que cree que el novio actual le provee de las aventuras con las que siempre soñó y el "ex" le ofrece todo lo que cree necesitar.
Asumida
Asumida tiene 38 años, 1 doctorado, 3 hijas, un marido y desde hace poco tiene novia. Hasta su último cumpleaños vivió la vida que sus padres querían para ella – pero conoció a Emilia y se llenó del coraje que necesitaba para empezar de nuevo. Aunque el marido sigue haciendo lo posible por regresar con ella, lo único que terriblemente me apena es que Asumida no está segura de haber hecho lo correcto. La visa de su novia vence pronto y aún no saben qué hacer para quedarse juntas.
Exigente
Hace 4 años que Exigente no puede dejar de estudiar porque es la única visa que logra mantenerla en este país. Exigente es guapísima y no le faltan invitaciones para salir, pero tiene sumamente claro que quiere tener hijos cuanto antes. Por eso, invierte mucho tiempo en decidir si debe aceptar dichas invitaciones o no. Lo peor de todo es que de aceptar, se la pasa evaluando si el potencial padre de sus hijos está a la altura de sus planes. De estarlo, es impresionante todo lo que hace para esconder su verdadera agenda – pues ya aprendió que los hombres se espantan si las cosas van medianamente rápidas.
Las 3 (Marías)
Indecisa, Asumida y Exigente tienen más de 30, son inmigrantes y buscan pareja. Entre las tres, Exigente está más lejos de conseguirlo, pero más cerca también. A estas alturas, pienso que enamorarte es un juego que se complica conforme pasan los años – al punto que para muchas es un trabajo a tiempo completo, una misión contra el reloj. Cada relación tiene su propio ritmo en afirmarse, pero en el caso de aquellas que pasaron los 30 sus relojes biológicos les exigen acelerar los procesos. Es por ello que una cita se convierte en una entrevista de selección e irse a la cama, en una posibilidad de ascenso. Pero bueno, decía que Exigente es la que se encuentra más lejos porque aún no tiene a nadie en la mira. Sin embargo, recientemente se inscribió en "matchmaker.com" y asegura que este fin de año alguien le ofrecerá matrimonio. Aún si llegara a concretar su plan, me pregunto que futuro le espera con alguien igual de desesperado que ella.
De las 3, la historia que más me conmueve es la de Asumida. Sin importar dónde, salir del closet es un proceso muy complejo. Si se suman las demandas de sus hijas adolescentes, de su abnegado marido y de su avergonzada familia, no debería sorprender cuan aguda es su gastritis. En especial, porque no hay forma que su pareja se quede en Londres. Si bien las uniones civiles en el Reino Unido datan desde el 2004, hace sólo 3 semanas que Asumida le pidió el divorcio a su marido – pero él ya le advirtió que va a hacer todo lo posible para "salvar el matrimonio". Así que a los 3 les espera una etapa incierta. Es por ello que me pregunto si después de algunos meses a la distancia, la relación entre ambas se habrá enfriado y mi amiga se cuestione: si fue coraje o capricho lo que la animó a explorar su homosexualidad con alguien que no podía quedarse con ella. Aún más duro, ¿cuántos años pasarán para que sus hijas digieran esta situación?; llegado el momento, ¿les deberá pedir perdón por haber dejado de postergar su orientación sexual? y finalmente, ¿cómo reaccionaría Asumida si una de sus 3 hijas resulta ser gay también: la animará a vivir su sexualidad plenamente o haría lo posible por prevenir el malestar que viene atravesando en estos últimos meses?
Aunque no se dé cuenta, me da la impresión que Indecisa ya comenzó a despedirse del novio. Valgan verdades, lo único que veo en ambos es la fascinación del amor adolescente, donde lo exótico es más importante que el futuro – donde uno se enamora de la idea de estar enamorado. Lo que más me llama la atención de su historia es que buscando pareja a largo plazo, Indecisa haya decidido entablar una relación a la distancia. Aunque pensándolo bien, así es más seguro para todos: al no existir la convivencia diaria, los espacios de pareja son idealizados porque sólo consisten en dos fines de semana al mes. De manera que no existe el agotamiento natural que baja las defensas de la etapa de enamoramiento y convierte a una pareja en enamorados – que es la suma de dos que actúan tal como son. La distancia es segura también porque no te confronta con tus propias carencias afectivas, sino que te anima a recordar en silencio los re-encuentros pasados y contar los días que faltan para el próximo. Este tipo de relación es más segura incluso después de haber terminado, porque es más fácil atribuir la separación a la distancia. Sin embargo, también puede ser vista como una genuina prueba de amor. Si logran mantener la relación sin intrusos y al final se terminan juntando, ambos habrán pasado una prueba que los habrá preparado para etapas aún más difíciles. Sea como sea, me preocupa que Indecisa este poniéndole precio a su felicidad y termine volviendo con el "ex". De ser así, dentro de 3 años mi amiga despertará con dos hijos y una máquina de hacer dinero y al hacerlo, se preguntará si estuvo bien limitar sus opciones a sólo dos personas: el aburrido conocido o el aventurero complicado.
Al chatear con ellas hace poco, me percaté que la lógica que comparten se resume en "casémonos cuanto antes, que ya habrá tiempo para enamorarnos". Dado que soy hombre y estoy casado, es muy posible que este sesgado. Aún así, me da la impresión que enamorar después de los 30 es un acto voluntario y racional. Pasados los 30, como dicen ellas, "no se puede seguir perdiendo el tiempo". Y es que el reloj biológico no sólo despierta sus propios instintos sino también los de sus familias y amigos. Como si no bastasen los diálogos internos que las acompañan todo el día, cualquier interacción (electrónica, telefónica y en especial, las cara-cara), le basta a cualquier familiar o amigo para preguntarles por el novio por conocer, por la demora en la pedida e incluso, por los hijos por concebir.
Hay que estar ciego para no ver que las presiones que existen sobre esta generación de mujeres son enormes y de lo más diversas, pues no sólo quieren ser madres y esposas. Su éxito en la vida será medido según el resultado de una ecuación multivariada, cuyos principales componentes consisten en ser: 1) físicamente inteligente; 2) profesionalmente exitosa; y 3) afectivamente brillante – lo que muchas traducen en qué tanto: 1) alborotan las hormonas de veinteañeros; 2) ganan más que sus parejas; y 3) cocinan como la abuela, aconsejan como la madre y aman como la amante. Como es de suponer, son muy pocas las mujeres que cumplen con este perfil y creo que de ahí se explica su permanente necesidad de lograr reafirmarse a través de los comentarios de quienes la rodean. Es como si el no estar a la altura de las expectativas sociales, les exigiera opacar incluso sus propios logros – por más impresionantes que estos sean. Me parece que esta misma causa hace que las mujeres critiquen tan severa y minuciosamente la vida y la apariencia de sus pares.
En un mundo plagado de manuales de auto-ayuda, creo que debería censurarse cualquier intento de receta para que una mujer mayor de 30 se mantenga feliz mientras encuentra y envejece junto a su pareja. Así que esta historia carece de epitafio. En especial, porque no creo que exista nada que explique el rol que juega el azar en lograr que sus aromas los animen a engranar sus manos y sexos - para siempre.
2 comentarios:
Esta buena tu historia...entremezclada con las fcciones aparentes....
Ojala pronto encuentres marido
De corazon
Zarita
bonito futuro nos depara a alas féminas...hala...profeeee!!
nebu
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